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Tecnología y Equidad de Género: Cerremos la Brecha - Merakiu
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Tecnología y Equidad de Género: Cerremos la Brecha

Tecnología y Equidad de Género: Cerremos la Brecha

Cerrar la brecha o filling the gap en inglés, son frases también utilizadas para la preocupación que vive el género femenino en cuanto a equidad y  su participación en las áreas de ciencias tecnológicas.

El ambiente sigue siendo masculino. Le llamamos brecha a ese desfase que cada vez se hace más notorio por la ausencia de las mujeres en las áulas de la academia y por consiguiente en la ocupación de los empleos en el área.

Según noceilings.org, patrocinada por la fundación Clinton y  Bill y Melinda Gates, sitio web que reúne infinidad de datos sobre la equidad de género,  200 millones de mujeres que viven en países en desarrollo no tienen acceso a internet. Y solo el 6% de los CEO de las 500 empresas de fortune, son mujeres.

Pensamos erradamente que por el hecho de consumir tecnología, es decir, comprar dispositivos, descargar, utilizar aplicaciones y ser activas en redes, nos basta y nos hace estar a la vanguardia.

Hoy en día todo negocio tiene que basar su estrategia en un modelo digital y tecnológico. Basándonos en eso, las mujeres que no entiendan de tecnología, así tejan suéteres, quedarán fuera del mercado.

La realidad es que si no nos preocupamos por educarnos en la materia muy probablemente nos quedaremos sin trabajo en los próximos años.

¿Por qué? Porque perderemos relevancia y no seremos empleables. Y porque si mi producto o servicio no se proyecta al mundo en un modelo tecnológico las ventas decaerán hasta el cierre inminente.

¿Y por qué  sucederá lo anterior? Porque ya no es suficiente ser buenos en lo que somos. El mercado demanda estar conectados permanentemente con la información para estar donde está nuestro cliente, tomar decisiones, responder a la demanda y anticiparme a la tendencia para hacer los cambios pertinentes. Y para esto necesitamos conocer múltiples herramientas que facilitan el proceso.

 

 

Pero, y ¿en dónde está mi cliente? Mi cliente es una madre de dos pequeños  que encuentra tiempo, en el trayecto de un Uber para  entrar a su comunidad virtual favorita a hacer una consulta. Ella misma es una ejecutiva de alto nivel que responde correos y mensajes instantáneos. Lo más posible es que antes de bajarse del ride hizo compras en Amazon, pagó cuentas en línea, intercambió mensajes de voz y texto, donó dinero a una causa de su interés, le dio like y comentó sobre la foto de su colega en Instagram, generó dinero y buscó información sobre un viaje que quiere hacer a Japón en seis semanas. En 20 minutos realizó innumerables tareas digitales. Esos micro-momentos son la oportunidad. No aprovechar ese espacio es pérdida.

Nuestro cliente es cada vez más camaleónico y multifacético. En otras palabras, impredecible.

Nuestra labor es seguirle el paso, estar ahí, disponibles y listos para el momento de la decisión de compra con productos electrónicos simples, de fácil navegación y con adaptabilidad de pantalla a los dispositivos más utilizados (computadoras, tablets, teléfonos inteligentes) siendo éstos con servicio atemporal: sin horarios ni días festivos.

En los 90’s el nuevo analfabeta era aquél que no hablaba inglés y el que no sabía ni word, ni excel.

Empecemos con educarnos. La nueva ignorancia es aquella que no logra ver en la tecnología una herramienta valiosa para seguir siendo relevante en los negocios y en el mercado laboral.

Vale aclarar que ser una mujer empoderada en la tecnología es aquella que crea y desarrolla productos y servicios enfocados en potencializar negocios digitales.

Es aquella que identifica problemas en dinámicas humanas, convencionales y quiere darles solución: Startups.

Es una mujer que no le teme a los cambios y que se actualiza constantemente.

No todo es malo. La situación es alarmante pero a diferencia de 1990 donde pocos privilegiados sabían de internet y otra minoría a acceder a educación universitaria de calidad, el cambio lo podemos empezar a hacer hoy mismo ya que el acceso a la información y la disponibilidad de herramientas para el aprendizaje, en muchos casos gratuitas, están a distancia de la palma de nuestra mano. Desde nuestros smart phones, nuestras casas o desde cualquier lugar con internet podemos acceder a cursos en línea y obtener certificaciones de instituciones reconocidas  como Harvard y Yale. E inclusive generar dinero con múltiples opciones de teletrabajo.

Junto a eso, Zuckerberg con su red social, cambió el mundo en la manera de cómo conectarnos creando un producto muy femenino. Nosotras lo identificamos y lo estamos explotando al máximo. Pero no todo en los negocios online  son las redes.

Los likes y la cantidad de seguidores que podamos tener en Instagram, por ejemplo, no determinan ni la rentabilidad ni el éxito del mismo. Sin embargo, se augura un mejor presente y futuro inmediato a aquellos que desde la conformación de la idea pensaron tecnología.

Autora invitada: Libbie Cepeda. Libbie es una nómada digital y con su página de Facebook Sisterly Code ayuda a las mujeres a empoderarse a través del conocimiento del mundo digital.

Merakiu
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